En estos tiempos, si uno está conectado, las intuiciones se suceden. Empieza a comprender cosas que no creía ir a enfrentar jamás. Y ahora resulta que están delante de sus narices. Inmóviles. Prontas a ser comprendidas. Pero.... ¿Cómo me puede estar pasando esto a mí? ¿Porqué yo?, se puede uno preguntar.
Todo lo que hace falta es calma. Para saberse merecedor. Y atreverse a acercarse a ellas. Abrazarlas. Llorar, tal vez.
Si, asusta saber que uno se aleja cada vez más de tantos otros. Y se pregunta, ¿qué va a ser de mí?
No te preocupes, esta vez el Uno es infinito en número y expansión. No es que no estés solo. Estás acompañado por lo mejor de cada nube.
¡ADELANTE!