¿Cuántas veces hay que empezar de nuevo?
¿Donde estan mis cosas? ¿Adónde se han marchado las ideas que tenía? Es como si una ola hubiese barrido el sito que ocupaba en la playa y se hubiera llevado mi toalla, mi sombrilla y mi bolso. Busco y busco y cuando me fijo bien están ya tan lejos que ni siquiera merece la pena irlos a buscar....Tendré que organizarme de nuevo...
Cuando esto sucede puedo que uno se mosquee. Pero después, cuando haya desperezado su diligencia, quizás tenga que reconocer que lo que se le ocurre ahora tiene una frescura y una sensación de novedad de las que adolecían esas ideas que con tanto mimo atesoraba. Puede que hasta admita que su toalla nueva le gusta más que la vieja.
Yo lo que creo es que al Universo no le gusta nada que las cosas se estanquen. Cuando lo hacen, nos suele mandar un disgusto, una noticia que nos impacta, una emergencia. Usa lo que sea a modo de ola. Y nos anima a retomar nuestros asuntos desde otro ángulo de visión. Es más que obvio que, hablando de innovar, le encanta experimentar cosas distintas... ¡Que capacidad creativa!