Hay días en los que cuesta muchísimo calmar la mente y meditar a gusto. Y otros en los que no hay que hacer tanto esfuerzo. Yo ya he tirado la toalla en intentar averiguar porqué. Lo más importante es que me siente, día tras día y que intente hacerlo lo mejor que pueda. Como dice otra exploradora, esas veces en los que parece misión imposible y la charlatana máxima es decir, la cabeza de uno, está despendolada, es cuando más progreso se hace. Aunque uno se levante de su asiento sacudiendo la cabeza y pensando…”No, si no tengo remedio”…
…Y otros, en los que, sin saber tampoco porqué, uno pronuncia un enorme SI por dentro y desea consciente y profundamente unirse a Lo que Es...
¡Feliz Día!