Cuando sientas que te atrapa a oscuridad y ya no ves claro: persevera en la luz.
Cuando parezca que has llegado al final del camino y no te queden fuerzas para continuar: persevera en la luz.
Cuando tus amigos se apaguen pero tu sientas que hay que seguir adelante: persevera en la luz.
Y si te quedas solo y la tristeza te embarga: persevera en la luz.
Y si cruzado ya el desierto, y sabiendo que estás cerca de la conquista de tí mismo, te cuesta disimular que, a pesar que el mundo parezca seguir como lo conocías antes, tu estás completamente seguro de que está sucediendo algo magnífico y colosal que lo cambiará para siempre: persevera en la luz.
No dejes de hacerlo, pase lo que pase. Este es el tiempo de los perseverantes valientes, de los pontífices inquebrantables, de los guerreros incansables, arquitectos de un futuro pleno y radiante.
Por tí y por mí: persevera en la luz.